Ansiedad
Un texto íntimo.
Llevo mucho tiempo sintiéndome mal.
Conociendo los alcances de la mente, conociendo como se siente un cuerpo cuando
le habita el miedo, la ansiedad y la tristeza. En realidad, ya estoy muy
cansada, es este el registro de un proceso que aún no termina, que a veces se
siente más unos días que otros, pero siempre esta.
Ansiedad generalizada, la observación/
¿diagnostico? De mi psicóloga.
Recuerdo cuando iniciaba la pandemia,
leí un artículo sobre como el confinamiento iba a afectar gravemente la salud
mental de las personas, recuerdo que yo me sentía feliz y me preguntaba si eso
iba a ser cierto, me lo pregunte con mucha incredulidad. Hoy ha pasado ya tanto
tiempo y solo siento como mi salud mental está más lastimada de lo que me
gustaría aceptar.
¿Fue la pandemia la responsable de que
ahora me sienta tan mal? Sí y no. Sin duda el confinamiento me hizo daño. Ahora
solo no puedo volver a creer que pueda realizar todo lo que me gustaba hacer
antes. Las personas me asustan. Me asusta que se me acerquen, me asusta ver
personas sin cubrebocas, no soporto estar en lugares llenos de personas. Nunca
fui alguien demasiado social, de hecho, me considero una persona muy
introvertida y tímida, sin embargo, me gustaba salir a bailar con mis amigas,
me encantaban los conciertos y me encantaba perderme en el metro, en los
tianguis y en los mercados. A veces me frustraba observar personas
"retomando" actividades presenciales porque sentía que yo no podía y ahora,
aunque tampoco puedo al menos creo entender que muchas estamos muy dañadas y
hacemos lo poco que nos queda para sentirnos mejor.
Es este quizá uno de los escritos que
más me duele hacer, pero también uno de los que siento más profundos, más
genuinos y sinceros.
En otro sentido, pienso que la pandemia
más allá de todo lo que acabo de relatar vino a revelarme y recordarme mis
miedos más profundos; unos que estaban ocultos e invisibilizados, otros que ya sabía
que existían y había decidido silenciar porque dolían mucho.
La primera vez que recuerdo la palabra
ansiedad fue una vez que me llevaron al doctor porque me sentía mal y sin
energía y no se sabía la razón, el médico general menciono que era muy pequeña
para tomar medicamentos así que solo me recomendó trabajar en la respiración.
Tiempo después regreso de la manera más abrupta pues mi madre estaba en el
hospital y yo estaba profundamente preocupada, pero al no expresarlo mi cuerpo
lo manifestó a través de ataques de pánico y desmayos. Nuevamente me sugirieron
fortalecer mi sistema nervioso a través de vitaminas B y unas gotitas que no
recuerdo bien para que eran. A partir de ahí me consideraba una persona que
tenía ansiedad solo cuando algo preocupante pasaba, así como les pasa a muchas
personas porque nadie nos enseña sobre cómo enfrentar las dificultades de la
vida y de cualquier modo no creo que estemos completamente preparadas para
todo.
Después de eso, me encontraba con la
ansiedad de vez en cuando, nunca consideré necesitar algún tipo de terapia.
Sin duda la pandemia nos trajo a todas
un montón de inquietud, malestar, perdidas, dolor, inestabilidad ¿es esta una
oportunidad para repensarnos como humanidad? No lo sé, pero quiero creer que
sí. Que, en medio de toda la crisis, muchas pudieron encontrarse a sí mismas,
otras personas tuvieron al fin un descanso, un espacio para dedicarse o quizás
una oportunidad para sanar todo lo que había sido ocultado.
Yo ya vivía con la ansiedad, pero
nunca me había desbordado tanto como ahora. Ya han pasado 9 meses y no ha
pasado un solo día en el que no me sienta mal. Sé muy bien que fue a partir de
diciembre 2020 porque estaba muy asustada entre un momento que parecía tener
que ser el más amoroso y de encuentro con la familia, pero también un momento
en el que parecía lo más inadecuado por la ola covid. Recuerdo como haber pensado que sería breve,
que me sentiría mejor después. Recuerdo no haber tenido energías para ni
siquiera bañarme, aun así no considere necesitar terapia y más que considerar
no necesitarla no tenía los recursos para pagarla. Después pasaron días y
meses, y a la mínima señal de que mi familia o alguien que quiero estaba en
riesgo yo me colapsaba otra vez sin poder levantarme de la cama. Y así cada vez
me acerque más a la idea de necesitar terapia. Busque e investigue algo que se
adecuara a mi presupuesto, no lo hubiera logrado sin una amiga que quiero mucho
y al fin encontré una psicóloga.
El proceso no ha sido sencillo, es
cierto que hay veces en las que crees que estas al cien y te vas, pero no
parece ser lo más adecuado. Tuve que dejar la terapia un mes y vaya que me hizo
daño, pero recién la retome.
¿Por qué escribo esto? Principalmente
porque me gusta mucho compartir y espejearme con las demás. La verdad es que
quería escribir sobre esto cuando ya me sintiera bien porque me gusta mucho
hablar del autocuidado y el amor a una misma. No quería hablar de esto ahora
que lo estoy atravesando porque me sentía incoherente ¿Cómo iba a hablar yo de autocuidado y salud
mental si yo no estaba bien? Ahora y a partir de una plática que tuve con
alguien que también quiero mucho me di cuenta de que para compartir algo no se
tiene que ser experta y coherente al mil por ciento. A veces vale más el
reconocimiento de la vulnerabilidad como un ejercicio de decir: "a mí también
me pasa esto y soy frágil y vulnerable pero también valiente por decir hoy no
estoy bien, pero estoy trabajando en ello". También pienso que aunque mis
miedos y dolores están atravesados por mi experiencia de vida no soy la única
que se siente lastimada por todo lo que ahora pasa y cuando reconoces eso te
permites ser abrazada por la colectividad que aunque afectada sigue ayudando a
que todo se sienta un poco más cálido.
Vivo con ansiedad generalizada ahora,
es muy difícil no imaginar tragedias todo el tiempo, incluso considere la
atención psiquiátrica, aunque la verdad me dolía pensar en ella, creo que hay
muchos prejuicios y eso no está bien. Me he preguntado muchas veces ¿Por qué
yo? Si siempre estuve rodeada de amor y apoyo. A veces no sabemos porque
suceden ciertas cosas, pero quizás sea nuestra tarea en la vida aprender a
sanarlas .
Me cayó muy de peso que ya fuera
septiembre ¡cómo es posible! 9 meses de sentirme mal. Me ha dolido mucho darme
cuenta de eso, aun así, pensé: "este mes es mi cumpleaños, quiero y
necesito regalarme el sentirme bien". Escribo esto porque es una promesa
para mí.
Soy muy sensible, demasiado, y me
cuesta trabajo compartirlo porque me da miedo asustar a las personas, pero sí,
lo soy. Siento mucho. Y me duelen muchas cosas y se me dificulta adaptarme a
los ritmos de la vida acelerada.
Se me ha caído mucho el cabello, mi
cuerpo físico vive los estragos de todo lo que siento … y aunque esto aun no
haya terminado quiero recordarme que estoy sanando.
Me ha costado mucho compartir esto, me
asustaba porque observaba como no es tan sencillo el cómo lo reciben las
personas, incluso trate de alejarme de mis relaciones para no incomodarles; es
cierto que las personas no siempre tenemos las herramientas para acompañar a
alguien que vive con ansiedad, pero eso no implica que no haya una escucha, una
palabra o un abrazo, aunque por ahora sea virtual. Entonces compartir esto para
mi significa un reconocer que, aunque los procesos personales requieran de toda
nuestra atención y cuidado necesitamos de las demás y más en estos momentos.
Aquí está mi experiencia personal,
como seguro habrá muchas similares. Y no me queda más que agradecer a quien me
haya leído hasta aquí. Y decirles
(decirme) que todo va a pasar.
En una misma están las respuestas y el
amor que necesitamos y cuando a veces eso se olvida estamos las demás para recordar,
pero también para ayudar y cuidar. No es
posible para todo el mundo acceder a un acompañamiento psicológico, pero quiero
creer que sí tenemos la posibilidad de sostener(nos) colectivamente cuando
alguien lo necesita.
Este escrito es una afirmación para mí
de que voy a estar bien y estoy haciendo mi mejor esfuerzo, pero también es un
texto para hacerles saber que si pasan por algo similar no están solas, que nos
acompañamos y las abrazo mucho y que estoy muy dispuesta a formar parte de la
red de cuidados que es tan necesaria para enfrentar todo lo que pasa en el
mundo.
Gracias :)
Me reconocí en gran parte de tus letras. Después de vivir algunos pequeños procesos en terapia y habiendo descartado enfermedades físicas como el origen porque en realidad fueron consecuencias- como la migraña, la gastritis, etc. Decidí acudir al Psiquiatra, con 7kg. Menos, y un dolor profundo, días después de mi cumpleaños, abril 2020. El diagnóstico en primera instancia: un cuadro ansioso depresivo. Ahí inicio un proceso verdaderamente difícil, caótico y lleno de baches, cambios en psicoterapia y en la medicación, cuatro medicamentos par ser precisa. El TAG y la depresión me habitaron desde entonces y aunque ahora solo tengo un medicamento, sé que lo que me sigue manteniendo es el amor de mi familia, mis amigas y en gran parte de las personas que sin conocerme pero teniendo vivencias similares me abrazaron, me entendieron y me acompañaron. Te abrazo muchísimo, no está(mo)s sola(s).
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