Vaivenes del ser individual y el ser social; algunos límites y posibilidades del activismo en redes sociales

Situación actual de las redes sociales

 

Podemos pensar, operativamente, a las redes sociales como “aquellas formas de interacción social, definida como un intercambio activo entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y en construcción permanente que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas necesidades y problemáticas"[1].

 

En los últimos años las redes sociales han tenido un auge vertiginoso, acelerado en gran medida por el confinamiento social y las medidas de sana distancia promovidas por las instituciones de salud a lo largo del país. En 2019 la Asociación de Internet en México en su 15º Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2018[2], presentó algunos datos que nos parecen interesantes para el tema que abordamos ahora. Dentro de lo que destacamos está el aumento en el número de usuarios de Internet en México, llegando a haber aproximadamente 82.7 millones de internautas con base en información del Consejo Nacional de Población (CONAPO), Instituto Nacional de estadística y Geografía (INEGI) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), siendo la principal actividad en línea el uso de redes sociales. Por otro lado, algunos estudios recientes visibilizan un aumento considerable en el uso de redes sociales durante la pandemia, de acuerdo a Nielsen Ipobe: “Los mexicanos pasan 42 por ciento más de su tiempo en redes sociales como Facebook, WhatsApp, Twitter, Instagram, YouTube y Google desde que iniciaron las medidas de aislamiento social ocasionadas por el Covid-19”[3]. 

 

Considerando el crecimiento que están teniendo las redes sociales en la actualidad sería desatinado ignorar los fenómenos sociales que se producen a causa de estas formas de relacionarnos en virtualidad sobre todo en lo que respecta al impacto que tienen en nuestros cuerpos, identidades y acciones; el espacio virtual, en su conjunto de redes, plataformas y aplicaciones, representa cada vez más una realidad en sí misma en tanto que es estructura de una manera particular de interacción, experiencia y entendimiento de un mundo basado en unos y ceros. A lo largo de los siguientes apartados daremos algunas aproximaciones a los vaivenes e interdependencias entre la manifestación de nuestras identidades en redes sociales -en particular en el ámbito político y del activismo- y entre la realidad física y la realidad virtual. 

 

Disgregación de la identidad: El ser individual y el ser social 


Antes de continuar es importante incorporar a nuestra aproximación ciertas nociones acerca del papel que nuestra identidad personal juega en redes sociales y cómo ésta se manifiesta en la virtualidad. 

 

La identidad a nivel personal tiene la particularidad de denotar diferencias y dar razón de nuestra propia existencia, subjetividad e individualidad de una manera más o menos uniforme y congruente. A nivel colectivo nos hace parte de nuestro entorno cultural, de significados compartidos y de prácticas colectivas; ambas dimensiones de la identidad parecen estar íntimamente ligadas y constituyen un ir y venir entre una y otra, nutriéndose mutuamente y estando en constantes cambios. En este sentido, la identidad de una persona nunca está del todo acabada y, en la medida que se da esta incompletitud, el entorno y las relaciones sociales se diversifican; hablamos a su vez de procesos graduales de larga duración y que pueden pasar fácilmente desapercibidos si no prestamos la debida atención, tal cual como si nos viéramos a diario frente a un espejo pensando que somos la misma persona de ayer, de hace dos semanas o de hace 15 años.   

 

De acuerdo a lo anterior, el ser individual [4] abarca un conjunto complejo de relaciones tanto hacia adentro como hacia afuera. Para dar luces sobre las relaciones que se dan en la parte individual de la identidad y verla integralmente, es oportuna una disgregación de sus partes, así podemos pensar que la identidad individual está constituida, sin priorizar una u otra, por las siguientes identidades:

 

-I. Corporal

-I. Social 

-I. Psicológica

-I. Intelectual 

-I. Epistémica

-I. Moral 

-I. Espiritual

 

La disgregación propuesta que retomamos viene de aproximaciones que hemos tenido al análisis social desde la epistemología de la paz. Sería ilusorio pensar que las identidades que convergen en nuestro ser  están enteramente determinadas por nuestra voluntad, en cada una de estas partes  encontramos ese ir y venir que mencionamos: ejemplificando, ciertas características fenotípicas-fisiológicas en nuestro cuerpo no han sido decisión nuestra, de hecho se podría decir que nuestro cuerpo tiene más tiempo e historia que nuestra propia edad y experiencia de vida, así también valores, pensamientos, conocimientos y prácticas no están dadas de manera innata sino que las hemos ido adquiriendo, aprendiendo y formando a través de nuestra interacción con otros y otras, teniendo antecedentes en la historia misma de la humanidad; ya el mero hecho de nacer en cierto contexto de bajo o alto poder adquisitivo determinará las primeras experiencias de vida que irán moldeando nuestras identidades, sea por las redes de apoyo, las oportunidades de acceso al ocio, a la educación, al trabajo, a la comida, al agua potable. Nuestro ser individual (lo que nos diferencia de lxs otros) adquiere sentido cuando vislumbramos su dimensión social (los aspectos compartidos por el contexto social, la historia y la cultura).

 

No es la intención profundizar aquí en las características de cada una de estas identidades, tanto como sí lo es destacar el dinamismo, la complejidad de relaciones y la interdependencia con el medio externo que existe en lo que reconocemos es el ser individual. El ser individual en el mundo físico de la cotidianeidad, dirían algunos, está en constante lucha por el reconocimiento de su propia definición de sí mismo mientras que lxs otrxs están en constante lucha por la imposición de su propia definición de éste: así, nuestro ser individual lucha por una genuina, autónoma y libre existencia, expresando esta lucha de diferentes maneras (por la forma en que elegimos nuestra vestimenta, los productos que decidimos consumir, los grupos de amigos con los que interactuamos, el proyecto de vida que trazamos para nosotrxs mismxs, etc). 

 

En un sentido amplio podemos pensar que cada una de estas partes identitarias tienen una dimensión política, y de acuerdo a la interdependencia entre lo interno y lo externo una no puede existir sin la otra, sin embargo, puede suceder que una prime sobre la otra, siendo en las más de las veces la parte social. No es que la parte social de nuestra identidad sea negativa en sí misma pero creemos que hay que ponerle un tipo especial de atención pues, considerando el grado de deshumanización, de obscenas desigualdades económicas, de violencias y de guerra que hay en nuestro entorno, es pertinente repensarnos esa parte de la realidad social que pugna por que las cosas sigan estando como están, aquella parte que busca imponer en nuestra identidad deseos e ilusiones de una vida autómata de trabajo, consumo sin fin, aspiraciones de fastuosas riquezas, viajes y espectáculos imposibles, apatía, miedo e incertidumbre. Reiteramos, no todxs los factores que influyen en nuestra construcción identitaria son decisión nuestra, pero tomar conciencia de estos procesos puede ayudarnos a ser más críticos de los condicionamientos externos a nuestro ser individual, a reconocer nuestra agencia y a actuar de una manera más libre con las otras y los otrxs.  

 

¿Cómo se expresa la lucha por nuestra individualidad en redes sociales?


Los espacios virtuales llegan a parecer independientes de la realidad física, plataformas de encuentro y desencuentro con sus propias dinámicas y lógicas, recalcando que éstas han aumentado y se han ido innovando progresivamente. Sin embargo, presentan interdepencias importantes con el mundo físico, aquí el tipo de interdependencias que más nos interesan son de corte identitario y social.


Hace diez años no podíamos compartir audios o videos por las limitantes que se tenían en cuanto a la oferta pública-tecnológica, también porque el tener un dispositivo móvil era un gasto que no se priorizaba. En la actualidad las cosas han cambiado gracias a que las industrias ofrecen un gran abanico de ofertas para las diferentes demandas y necesidades que tenemos lxs usuarixs al momento de adquirir algo que nos permita estar conectadxs. Esta innovación en los dispositivos y espacios ha generado la necesidad de, en gran parte de las personas, compartir o compartirse con lxs demás creando así contenidos para todo tipo de identidades.


A lo anterior se suma el tiempo que pasamos en las redes y el tipo de interacciones personales-laborales que se han ido modificando a lo largo de los años: cuando nosotrxs empezamos a navegar en la red no existía Tik Tok o 'las historias', hacíamos videollamadas en contadísimas ocasiones, pero hoy se han vuelto 'normales' y en algunas ocasiones hasta imprescindibles para comunicarnos. Pareciera que ese ser individual que construimos en el mundo físico continúa su lucha por existir, ahora, en lo virtual, adaptándose a las nuevas posibilidades que le presenta la realidad virtual. Creemos que el ser individual manifiesta intereses y necesidades uniéndose a páginas de diversas temáticas, compartiendo publicaciones que son afines, reaccionando y opinando a posts que le agradan o desagradan, registrando experiencias de vida en sus perfiles, trasladando su trabajo a aulas virtuales, etc, todas éstas mantienen activo el flujo de información que da vida a las redes, cumpliendo con los intereses comunicativos de lxs usuarixs. Cuando menos en la inmediatez de nuestras identidades corporales el impacto es evidente, en tanto que sintamos la pesadez por estar horas sentadxs frente a la computadora, agotdxs por la mezcla interminable de noticias e información que vemos en nuestros inicios de facebook, twitter o instagram.


De esta manera podemos apreciar superficialmente una dialéctica constructiva de identidades “Redes sociales–mundo real” que complejiza el entender de la era moderna y sus vertientes. Las luchas más sutiles y más numerosas que podemos apreciar y analizar en estos momentos, son las del posicionamiento de las identidades en espacios virtuales que, si bien no se habían construido con ese objetivo desde sus inicios ni formado con base en acuerdos explícitos, se han ido hilando y encontrando poco a poco. Estas luchas se enriquecen de videos, artículos, arte, películas, grupos, códigos, modificación del lenguaje: expresiones que se crean y comparten desde lo virtual, todo esto nos da como resultado la vinculación e identificación del ser individual con su ser social, es decir, con los diferentes grupos y sus manifestaciones en el espacio virtual, produciendo no solo efecto dentro de la propia red, sino que a nuestra consideración, también fuera de ésta. A continuación comentaremos algunos de los procesos y eventos que hemos percibido han tenido este comportamiento. 

 


Acerca de los posibles alcances y límites en el activismo por internet

 

El activismo o militancia lo hemos aprehendido como una acción directa e intensa, dirigida en su totalidad a “modificar”[5] las relaciones de poder  en la vida pública y/o privada desde los campos sociales, políticos, religiosos, y ecológicos, principalmente; Tiene a la/el cuerpx como primer símbolo de avenencia a una causa en específico, y que al ubicarlo de manera estratégica en algún espacio geográfico podrá generar empatía, simpatía, solidaridad. Estos diferentes campos de acción como los conocemos, han sufrido grandes evoluciones con el pasar del tiempo, la gestación de técnicas participativas, organizativas, de dudas y respuestas que han permitido la construcción histórica de una identidad colectiva e individual militante en las sociedades marginadas de las que, en ocasiones, su única arma es la/el cuerpx.

 

Hay quienes piensan que la única lucha válida o que hace cambios significativos en las diferentes estructuras sociales es la que se hace en la realidad y la que ‘acuerpa’ físicamente a las luchas, vemos dos ideas recurrentes:. "Los problemas están fuera del mundo virtual" y "Las empresas tienen el control de lo que hacemos en sus redes". El punto de estas ideas es explicar que hay cuestiones que incluso no se han visibilizado lo suficiente allá afuera, dígase por ejemplo: la hambruna, la pobreza, la falta de acceso al agua, a la educación, al internet, la desigualdad económica; estamos en sociedades en las que distintos grupos priman el comer a un celular, o una escuela a una antena que de acceso a internet; son luchas que aún no se han podido fundar de manera virtual desde los individuos violentados, lo cual también representa un obstáculo en la agencia a su libre determinación y el peligro al asistencialismo del sistema y de los internautas al creer que con un like o firma quedarán resueltos estos problemas arrastrados por décadas. Y aunque estos grupos pudieran fundar sus luchas en la virtualidad, las empresas a través de sus algoritmos y coacción con las autoridades censurarían rápidamente la acción o no (?).


Por otro lado, hay quienes optan por la militancia mixta, ya que las redes sociales podrían ser una puerta a la hora de visibilizar y apoyar luchas sociales que se habían visto rezagadas por diversas cuestiones, desde el paso natural del tiempo, hasta la incansable lucha por parte de los poderosos por desvanecer esa exigencia de justicia, en este sentido, han sido innumerables las propuestas en las que se busca democratizar la cultura, el arte y el conocimiento, tanto en el espacio empresarial de facebook o de otras grandes cadenas, como en comunidades virtuales de compartición peer-to-peer, creative commons y software libre, asimismo, existe la colaboración y organización en redes sociales enfocadas en la protección de la privacidad (jitsi meet, mastodon, etc). Creemos que hay un tercer bloque en donde solo hay militancia en redes sociales y virtualidad , pero carecemos de información suficiente (cierto tipo de hacktivistas). 


No es nuestra intención profundizar en las propuestas de democratización de la cultura  a través del espacio digital, aunque consideramos es pieza clave para comprender el fenómeno de las redes sociales, su alcance e impacto en el mundo físico; es de nuestro interés retomar solo algunos eventos relacionados a la colaboración y organización en redes sociales sea que se hayan dado en las redes más comerciales o en las underground, pues éstos nos ayudarán a contrastar las dos ideas que hemos mencionado. Adelantamos que desde nuestro punto de vista las acciones que se hacen en el espacio virtual tienen fuertes limitaciones pero también importantes espacios de oportunidad para extender nuestras luchas.

 

Los cambios en el mundo, los tiempos virtuales y el encierro 


Los últimos meses hemos vivido a un ritmo particular, trasladando quehaceres, actividades y trabajos a la virtualidad, desde cierta perspectiva estaríamos ante un mundo cada vez más enajenante, no sólo por el aislamiento físico, sino también por la cerrazón mental de estar todo el tiempo ante plataformas y algoritmos que se muestran complacientes a nuestros hábitos de consumo para vendernos cosas, creando burbujas de encierro alrededor nuestro, aun así, los procesos en el mundo no se detienen, en el ámbito político y social han surgido nuevas formas de activismo en redes, impactan tanto dentro como fuera. Para esta sección queremos hacer un breve recuento de sucesos que nos han impactado durante la pandemia:

 

1. Black lives matter[6]: A finales de mayo del 2020 asesinaron a George Floyd y este movimiento recobra fuerza y presencia a nivel mundial.  


2. Justicia para Giovanni [7]: El 4 de mayo, policías detuvieron a Giovanni por no usar cubrebocas en la vía pública. Al día siguiente fueron a buscarlo a un hospital y les dijeron que estaba muerto. Los de la SEMEFO dijeron que tenía señales de tortura y una bala en la pierna. 


3.Toma de la CNDH-CDMX[8]: Es una medida de presión para hacer justicia por las que ya no están, por casos que han sido archivados. 


4.Protestas en Colombia[9]: Paro Nacional por razones económicas, educativas y de orden público.


5. México feminicida[10]: México cerró el primer semestre del 2020 con casi 500 feminicidios. 


6. Desaparecidxs en México[11]: En México hay más de 73 mil desaparecidxs y más de 3 mil fosas clandestinas (julio 2020). 


 

Una de las ideas que se nos repetía a inicios de la pandemia en los medios masivos como: la radio, televisión, redes sociales, era que el mundo se había detenido y que para cuidarnos debíamos permanecer en casa; con la pequeña lista de arriba, nos damos cuenta y también podemos reconocer, a las personas que asumieron el doble riesgo. Para esto tenemos que recordar que, la/el cuerpx es un arma para la causa, y al mismo tiempo, es el primer objetivo de las múltiples e infinitas violencias en las que estamos inmersxs. La/el cuerpx es un instrumento del que mucho o poco hemos aprendido, es frágil, se desgasta con el fluir natural del tiempo, se enferma y puede morir por un virus desconocido; pero también se cura, se fortalece, crece, se enaltece y busca ser unx solx en lo colectivo.  


En el espacio virtual estos sucesos y luchas que mencionamos han encontrado eco en las redes sociales, y en mayor o menor medida han tenido una respuesta de organización hacia afuera, tanto en la difusión de lo sucedido como en el acuerpamiento posterior en acciones, hemos visto los hashtags para buscar justicia y combatir el abuso de autoridad en el #BlackLivesMatter y en #JusticiaParaGiovanni, también la convocatoria de colectivas feministas para manifestarse y protestar por las víctimas de desaparición, violencia sexual y feminicidio; distintos espacios digitales se han abierto para pensar en colectivo nuevas posibilidades educativas para construir conocimiento. Un ejemplo admirable de coordinación e ingenio lo pudimos ver cuando k-popers lograron sabotear una aplicación de vigilancia policial en Dallas, EUA. por medio de fancams, entorpeciendo los procesos de represión[12].

 

Ahora bien, con el confinamiento propuesto a nivel mundial y un riesgo de contagio mortal ante el COVID-19, las protestas que se llevaron y llevan a cabo son doblemente sancionadas, en primer lugar, por la sociedad que tiene un miedo justificado al contagio, y en segundo por la indiferencia-omisión de las leyes en la atención a víctimas (por cuestiones patriarcales, machistas, racistas) o represión por parte de las autoridades en la ‘nueva normalidad’. Aquí estas luchas son doblemente aplaudidas por no mostrar titubeos, por proyectar determinación y valentía, porque luchan por todxs sin temor. 


Conclusión


Consideramos que aún nos falta bastante por explorar en el tema de las redes sociales, a su vez reconocemos la multiplicidad de matices que hay alrededor del tema. Particularmente en el activismo -y de acuerdo a la información con la que contamos nosotrxs al momento de escribir esta entrada-, existen límites importantes para que las redes sociales generen cambios significativos en la sociedad, dos de los más relevantes son la brecha digital (ligada a la falta de acceso a las tecnologías de la información por la desigualdad económica) y la gran influencia de agentes económicos-empresariales en las dinámicas de visibilización de contenido. 


No creemos que la totalidad de nuestras fuerzas, si queremos cambiar la realidad física, deba de estar totalmente concentrada en las redes, pero tampoco consideramos que sea fructífero ignorar su impacto y sus posibles oportunidades para detonar procesos de organización-solidaridad, pues existe la posibilidad de agenciar nuestro ser individual  y social en la virtualidad. En otro sentido, la precaución a considerar se perfila en relación a los tiempos del confinamiento por COVID-19 y por los tiempos de la virtualidad; fácilmente podemos caer en la trampa mediática del encierro mental por ambas, éstas plantean la pasividad e inmovilidad física desde un estado de incertidumbre (no saber cuándo acabará la pandemia o 'el mundo se detuvo') y desde una limitante de acciones políticas (entre ellas, el activismo en redes no funciona para nada), sumado a la sanción social o a la represión violenta por romper con la ‘nueva normalidad’.


Las redes sociales en tanto que son un espacio de lucha y poder, expresión e identidad, nunca están vacías de intereses, en ese sentido, habrá que estar atentxs de cuáles intereses -si cabe la expresión- están siendo acuerpados virtualmente. Quedará pendiente para otra ocasión profundizar en la democratización de la cultura digital, los derechos digitales y el papel de agentes más especializados -y no- (hacktivistas) en las propuestas por un mundo virtual más libre, autónomo y colaborativo.


-La Morena Perpleja & Blackheart 



[1] López Rivera, Y. (2019). Análisis teórico sobre ausencia de interacción y comunicación en los jóvenes como consecuencia del uso de las redes sociales (Tesina). UNAM, 19.

[2] Asociación de Internet MX. (2019). 15º Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2018 versión pública. Obtenido de https://www.asociaciondeinternet.mx/estudios/habitos-de-internet


[3] Gutiérrez, J. (06 de Mayo de 2020). Mexicanos están 42% más tiempo en redes sociales en cuarentena: Nielsen. Obtenido de La Jornada: https://www.jornada.com.mx/ultimas/economia/2020/05/06/mexicanos-estan-42-mas-tiempo-en-redes-sociales-en-cuarentena-nielsen-1173.html


[4] Hemos formulado una concepción propia de las ideas de ser individual, ser social e identidad a partir de las siguientes lecturas: 1. Pato Glower, A., Mendiola, V., Revilla, A., & Durán, G. (2019). Sanando(nos). En P. Ameglio, Tejiendo Alternativas: hacia una Cultura de la Paz y Noviolencia (págs. 137-148). México. 2. Giménez, G. (2005). La cultura como identidad y la identidad como cultura. México: Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

[5] Para Curado de Mango una de las claves está en disolver en la medida de lo posible el rol de ‘autoridad’, pues es una figura estructuradora de condiciones de poder asimétricas. El activismo a nuestra manera de ver, no está exento de la figura de autoridad.


[6] CNN Español. (09 de Junio de 2020). ¿Qué es el movimiento Black Lives Matter y por qué se creó? Obtenido de CNNE: https://cnnespanol.cnn.com/2020/06/09/que-es-el-movimiento-black-lives-matter-y-por-que-se-creo/


[7]El Universal. (04 de Junio de 2020). Famosos demandan justicia para Giovanni. Obtenido de:https://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/famosos-demandan-justicia-para-giovanni-el-joven-asesinado-en-jalisco


[8] Rangel, A. (04 de Octubre de 2020). Un mes de toma de CNDH en CdMx; un hecho violento contra mujeres por día. Obtenido de Milenio: https://www.milenio.com/politica/toma-sede-cndh-30-30-violentos-mujeres


[9] Rincón, A. (22 de Octubre de 2020). "Ni siquiera la pandemia detendrá nuestro movimiento", dicen los indígenas en Colombia. Obtenido de 24 FRANCE: https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20201022-colombia-paro-nacional-pandemia-minga-indigena-duque


[10] Angel, A. (21 de Julio de 2020). Nuevo récord de violencia: primer semestre de 2020 dejó 17 mil 982 asesinatos; violencia subió en 11 estados. Obtenido de Animal Político: https://www.animalpolitico.com/2020/07/record-violencia-semestre-2020-asesinatos/


[11]  Animal Político. (13 de Julio de 2020). En México hay más de 73 mil desaparecidos y más de 3 mil fosas clandestinas. Obtenido de Animal Político: https://www.animalpolitico.com/2020/07/mexico-73-mil-desaparecidos-fosas-clandestinas/


[12] El Financiero. (02 de Junio de 2020). Policía de Dallas pide denunciar a manifestantes en una app... y K-popers la 'tiran'. Obtenido de https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/policia-de-dallas-pide-denunciar-a-los-manifestantes-con-una-app-y-k-popers-la-tiran



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