Sobre el acto de escribir


Llevo tiempo queriendo escribir algo pero nomas no me salía, se me hinchó ese deseo apenitas que leí mis diarios de la adolescencia y reconocí mi profundo deseo de ser escritora. Para mi era un sueño muy lejano, pero reconozco que me da miedo percibirlo cada vez menos imposible,  pero por desconfianza y falta de disciplina había dejado de hacerlo, reflexiono bastante pero me cuesta ponerlo en papel y creo que esto tienen que ver con mis miedos al escribir. Es importante que yo misma le diera el valor a mis letras porque si yo no lo hacía nadie más lo haría, entonces me decidí a empezar desde ahí, desde el narrar mi relación con la escritura, y que casi todo lo que reflexiono es digno de ser escrito para ser registrado y quizá compartido. Desde el ruido mañanero, las crisis nocturnas, fragmentos de la esperanza/desesperanza, coraje y sueños, lo que sea pero hay que escribir. 

Mis miedos al escribir son varios, empezando desde lo que ya dije de considerar poco valiosas mis letras, hasta mi relación con la pluma/ teclado tan disonante. Estaba pensando que es indispensable contar con una metodología efectiva de escritura y sistematización de pensamientos para que pueda llegar a quien necesite leerlo, desde el orden de pensamientos, letras, formatos, sitios web a los que puede llegar, tener una prosa propia y también lo que me daba frio era la puntuación, que aunque yo soy más punk y no soy fan de la ortografía, pues al final sí es importante la puntuación para que se entienda todo, no? Y esto nada más en la parte técnica.

Ahora el tema político-social que hay detrás de cada texto y el cómo se perciben las letras de manera negativa, o simplemente hay una predisposición al empezar a leer cualquier cosa y eso termina afectando en nuestra experiencia de reflexión, empezando por los vicios perpetrados por la academización o mejor dicho aburridización, dificultación, densidación, abrebrechación de textos académicos o políticos que contribuyen bastante al distanciamiento del conocimiento de una misma. Es triste que la prosa académica haga perder adeptos en la mafia escrito-lectora, porque la intensión de escribir es tan sencilla como comunicar algo, pero todos los vicios que la envuelven a veces acaban llenando a la escritura de un mecanismo de tedio, cansancio, obligatoriedad que hartan, a mi también me ha llegado a dar hasta pereza y escozor leer una opinión política. Sin mencionar su carácter de inaccesibilidad para tantas personas empezando por las que no saben leer, hasta las que claramente prefieren educarse viendo un vídeo que leyendo un libro, a veces yo también soy una de esas. Pero pese a todos los contras sigo considerando valioso el coraje que implica escribir algo, lo que sea.

 Para mi es indispensable en el quehacer de escritura establecer las siguientes premisas:

·         Hablar siempre desde una, desde donde una está parada sin que eso signifique necesariamente relativizar el conocimiento. Por eso las narraciones son tan exitosas, porque ahí se nos es más fácil asemejarnos e identificarnos con lo escrito.

·          No desvincular el sentir de la reflexión porque así es como nos apropiamos del conocimiento, le encontramos sentido a algo cuando tenemos la capacidad de reflejarlo en algo vivido.

·         Intentar no universalizar mi postura, opinión, reflexión. Creo que la política sería otra si siempre habláramos desde nosotras y lo que nos corresponde y al emitir juicios externos hacerlo con cuidado, cariño y humildad.

·         Identificar el movimiento que me provoca cualquier situación de la que quiera escribir y desde ahí desenrollarlo, aunque no haya un orden claro.

 

A mi me pasa que tengo  varios filtros de escritura, y en todos hablo de lo mismo pero diciendo cosas diferentes, desde mis notas en mi chat personal de whats app, hasta una libreta de estudio pequeñita en la que  apunto ideas o fragmentos sueltos de temas que me interesan, el librote-diario personal  en el que me desbordo y  narro a profundidad mis dolencias y querellas jeje, y ya por ultimo, para la sistematización de todo ese conocimiento creo que la etapa final es reescribirlo en linea, y también el tema de los espacios virtuales adecuados y no para compartir pensamientos, por ejemplo feisbuk siempre me dió miedo por el tema de la exhibición en función de la “popularidad” que puede llegar a tener, también tengo un blog donde nadie me lee, otro blog compartido donde quien sabe si alguien nos lee, y por ultimo en descubrimientos de cuarentena, encontré  un pad colectivo de pensamientos pandémicos que me salvó la vida porque pude reconocerme en las palabras de otras personas a las que no les quedaba más que un papel y pluma para pasarla.

Creo que las emociones funcionan siempre como parteaguas de la escritura y la intención de escribir siempre responde a una necesidad de expresión y posteriormente al deseo de reflexión colectiva, aunque no se establezca un diálogo directo, leer a otras personas es muy inspirador y pues sólo así se agarra maña en el acto de escribir, con la constancia y el empeño. Dicho esto ya me siento justificada, liberada y con fuerzas para descubrirme en otra faceta que es la escritura, gracias por acompañarme leyendo hasta acá, las tkm.

-Nebulosich


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