Centro de Estudios Tianguisticos

Soy tanto que conozco y desconozco al mismo tiempo. Soy mujer, joven, lesbiana, feminista, católica, guadalupana, vegetariana, ciclista, con una historia infinita en muchas, cargo en mi memoria las palabras silenciadas de mis abuelas y sus identidades no reconocidas ni exploradas. Originaria del útero de mi madre y de ninguna parte más, citadina a final de cuentas, que le cuesta el doble echar raíces a la tierra. Soy corazón blando y rabioso, inquieto y alegre, que gime contantemente. Soy espíritu rebosante de cariño y entusiasmo. Soy signo de tierra, soy concreta, directa, impaciente y soñadora. Tengo una mirada fuerte y resplandeciente que busca incansablemente. Soy introvertida, impulsiva, analítica, profunda, muy chillona. Llevo en la piel el sentir profundo de la vida, tengo ideas, iniciativa y estima infinita. Crecí sin habilidades comunicativas ni de expresión, pero la escritura me ha ayudado a desarrollarlas y afianzarlas. Me gustaría ser con cada extremidad de mi cuerpo y exte

Recuerdo en la piel el miedo, espanto y terror al solo imaginar, luego verbalizar y finalmente habitar la palabra "LESBIANA".  Tenía 22 años cuando contemplé por primera vez mi cuerpo desnudo frente al espejo y el significado que construí de mi propio reflejo y silueta. Un ejercicio incómodo y revelador que vino a marcar mi autopercepción sin retorno. Me pregunté:  ¿Cómo era posible que un cuerpo desnudo, tan natural, humano y sencillo tuviera tantos significados y lecturas, que de alguna manera estos afianzaban mi identidad, mi idea de mí misma, mi anhelo de seguir viva y orientaban mi destino? Tuve una ruptura importante en la reinterpretación que tuve de mi propio cuerpo, aquello que concebí durante toda mi vida como parte natural de mi identidad, no era más que parte de un disfraz-mandato heterosexual en el que creí ciegamente; mi ropa, mi cabello, mi peinado, mis zapatos, mis accesorios, la forma de mi rostro, los pelos que decido quitar y conservar de mi rostro, todo re